Privacidad en Redes Sociales

Podemos decidir acerca de nuestros datos personales que están el Internet

La privacidad a debate es uno de los  principales temas de discusión en Internet.  La visión de la privacidad que tenemos está cambiando a marchas forzadas, está evolucionando hacia una expresión que era impensable hace unos pocos años. Es evidente la tendencia existente en la red de cada vez mostrar más datos de nuestra vida personal.

Se está pasando de la intimidad a la extimidad (término usado como contraposición a la intimidad). Cada vez damos más información debido a nuestra mayor participación en la red  y a la creación de perfiles con mayor información dentro de las redes. El mero hecho de usar un navegador proporciona información acerca de nosotros, información que es usada por las empresas para conocer nuestros gustos, intereses, etc. con el objeto de tener un perfil como consumidor potencial de sus productos.La razón por la que se está produciendo este cambio o evolución hacia la extimidad es un cambio en la forma de entender nuestra relación con la sociedad que no proviene de forma exclusiva de las redes sociales y de Internet. No tenemos más que analizar un programa de televisión suficientemente conocido que supone el paradigma de la extimidad, "Gran Hermano":

Pero el crecimiento de la extimidad no supone la parte fundamental del debate. Es el usuario el que debe decidir como y con quién comparte su información, es decir, es el usuario el que debe tener el control de su privacidad. Lo importante no es si quiere compartir más o menos, lo importante es que el tenga el control sobre lo que comparte.Y en este punto, es donde surge el principal caballo de batalla de esta década en la red, la gestión de la privacidad.

El problema radica en que hay intereses contrapuestos entre los usuarios y los dueños de las redes sociales. Mientras que el usuario quiere controlar su privacidad, las redes sociales prefieren lo contrario. A menos control sobre la privacidad, más datos se mueven en la red aumentando el tráfico dentro de élla y por consiguiente la publicidad.  Ante estas formas contrapuestas de entender la privacidad, los usuarios se están encontrando con diferentes problemas:

• La red cambia las condiciones de privacidad dejando al usuario indefenso. Son muchos los casos en los que Facebook ha cambiado las condiciones de privacidad y ante las quejas de los usuarios ha tenido que echar marcha atrás. En el 2011, Facebook firmo un acuerdo con la Comisión Federal de Comercio de EEUU por la que se comprometía a mejorar la gestión de la privacidad. A raíz de este acuerdo ha ido añadiendo mayor control a los usuarios pero su gestión sigue siendo poco transparente y  complicada para la mayoría de los usuarios de la red consiguiendo que no se produzca su aplicación.
• La indefensión ante la que nos encontramos los usuarios al no saber con precisión que hacen  con nuestros datos personales y para qué los usan. A modo de ejemplo, tenemos a Google que guarda nuestros datos de navegación en la red, según ellos para mejorar los servicios que nos ofrece y personalizar la publicidad de acuerdo a nuestros perfiles. ¿Quién no ha visto como en la publicidad de Google aparecen webs o productos relacionados con nuestras aficiones, ¿ de dónde lo extraen?. Del rastreo de nuestra navegación, sin lugar a dudas. 

En resumidas cuentas, el mejor método que existe para gestionar nuestra privacidad es la información y el conocimiento de las posibilidades que nos aporta la red social en la que participemos junto a una buena dosis de sentido común.

Derecho al olvido

Uno de los problemas relacionados con la Identidad Digital es la subida a Internet de datos personales que son recopilados por los diferentes servicios de los que somos usuarios.  Sin embargo, el mayor problema constituye el suministro de información personal (filiación, fecha de nacimiento, documentos de identidad, teléfono, correo electrónico, fotos, vídeos...) que pueden tener un teórico control o no.

En el caso de los datos personales existen ficheros de protección de datos a los que tenemos acceso en cualquier momento para poder ejercer nuestro derecho de rectificación o anulación. Según la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), tenemos pleno poder sobre ellos y podemos pedir el borrado. Pero este derecho no está tan claro si los datos han sido publicados por otra persona porque puede entrar en conflicto con otros intereses o derechos, como el principio de publicidad o la libertad de información. En esos casos, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) suele recomendar preservar la fuente original y las hemerotecas y poner fin a la difusión generalizada limitando el acceso. Es decir, por ejemplo, que el dato siga publicado en la web del BOE o de un periódico, pero Google no lo indexe.

En el caso de las fotografías, vídeos u otros documentos el tema es más complejo porque una vez que se sube una fotografía, por ejemplo, no sabemos dónde acabará ni cuál será su uso.

Ante esta problemática ha surgido un movimiento que reclama su derecho a desaparecer de la red, es el llamado derecho al olvido. Este debate es muy complejo y no creo que exista una única solución. A modo de ejmplo podríamos planteranos diferentes preguntas que no tienen fácil respuesta:

• ¿Hasta que punto tenemos los usuarios derecho a que se retiren todos nuestros datos de la red?
• ¿cuál y qué tipo de información sería borrable?
• ¿Hay diferencias en la legitimidad del derecho al acceso a la información, que lo que aparezca sea por voluntad propia (como en Facebook) o por el contrario, cuando simplemente se figura como consecuencia de aparecer en algún archivo (ej. multa de tránsito)?. 
• ¿Existe diferencia que el tema carezca de interés público, pero si produce consecuencias indebidas e indeseadas para la persona?
• ¿Quién y en base a qué decide lo que es borrable?
• ¿En el caso de que no se pueda borrar el contenido, debe de desaparecer de los buscadores?
• ...

Es un tema que habrá que regular y establecer (si es posible) qué datos se pueden publicar de forma legal en la red y cuáles no y regular la eliminación de dichos datos. Un tema en el que que se enfrentan dos derechos, el derecho a la información y el derecho a la privacidad. Mientras unos consideran necesario proteger el derecho a una vida privada y la defensa del honor, la parte contraria lo considera censura. Es interesante seguir el litigio entre Google y la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) a este respecto:

• «Google asegura que borrar datos va contra la “objetividad” de Internet», EL PAÍS, 20-ene-2011.
• «Google desafía las peticiones para ocultar datos de España», EL PAÍS, 18-jun-2012.
• «Google se niega a retirar los enlaces que le pide Protección de Datos», EL PAÍS, 18-jun-2012.

En el fondo, por un lado está el derecho a no resignarse a que los datos privados adquieran una difusión pública desproporcionada, y por el otro, a que no exista el precedente de una censura sobre información real.

Una primera medida que va a tomar la Comunidad Europea es la publicación de una ley que regulará el derecho al olvido. De acuerdo con ella, los usuarios podrán exigir a las empresas de la red que se borren todos sus datos personales e imágenes en el preciso momento en el que el usuario lo decida y no como hasta ahora que pueden pasar meses. De esta forma el simple hecho de darte de baja en Facebook o Tuenti le obliga a dichas redes a borrar todos tus datos.

También están surgiendo empresas que venden servicios para eliminar datos de la red. Lo que realmente hacen estas empresas es mejorar tu reputación digital para que cada vez que haya una búsqueda en la red salgan los datos favorables de la persona. Evidentemente, eliminar datos de la red es muy complicado ya que dependen de terceras personas.